La película toma el título de un famoso himno escrito por John
Newton. Su vida y trayectoria inspiró en muchos aspectos la vida del
protagonista de esta película, William Wilberforce, que con apenas 21 años ya
era miembro del Parlamento Británico. Newton fue un cruel comerciante de
esclavos hasta que, ante una tormenta en el océano imploró la ayuda de Dios;
eso marcó el comienzo de su conversión espiritual, que relata precisamente esta
canción. También la vida de Wilberforce experimentará un giro radical cuando
conoce a un antiguo esclavo y por primera vez es consciente de la desalentadora
realidad de la esclavitud.
La película estrenada en 2006 sirve de conmemoración del centenario de la abolición de la esclavitud en la legislación británica, en 1807. Esta normativa no fue más que papel mojado hasta poco después de la muerte de Wilberforce, 46 años después del comienzo de su lucha cuando se proclamó el “Emancipation Hill” que abolió la esclavitud en todas las formas posibles y por todo el imperio Británico.
La película estrenada en 2006 sirve de conmemoración del centenario de la abolición de la esclavitud en la legislación británica, en 1807. Esta normativa no fue más que papel mojado hasta poco después de la muerte de Wilberforce, 46 años después del comienzo de su lucha cuando se proclamó el “Emancipation Hill” que abolió la esclavitud en todas las formas posibles y por todo el imperio Británico.
A través de flashbacks vamos conociendo la vida y
trayectoria de Wilberforce: un joven que sueña con cambiar las cosas en todos
los órdenes y un adulto, ya cansado por no haber conseguido alcanzar lo que se
propuso, pese a las adhesiones que efectivamente fue consiguiendo.
Desde muy joven tomó la decisión de comprometerse con su fe
cristiana; como miembro del Parlamento enfrentó la cuestión de cuál era la
mejor manera de vivir su fe: dedicarse plenamente a Dios o continuar en la
acción política. En este momento, el grupo de abolicionistas le sugerirá: “Nosotros,
humildemente, te sugerimos que puedes hacer ambas cosas... Seguramente los
principios del cristianismo llevan a la acción lo mismo que lo hacen a la
oración”
El himno Amazing Grace está presente a lo largo de la
historia de Wilberforce,
Sublime gracia del Señor
que a un infeliz salvó.
Yo ciego fui, mas veo hoy.
Perdido y Él me halló.
Una vez que ve la realidad, que se es consciente del reto
que ha puesto Dios ante él no puede obviarlo: en la tarea de abolir el tráfico
de esclavos está inserta la transformación de la sociedad en la que vive
Su gracia me enseñó a temer,
mis dudas ahuyentó.
¡Oh, cuán precioso fue a mi ser,
cuando Él me perdonó!
Contaba con el apoyo de una comunidad de personas
comprometidas en este mismo ideal, que apoyaron y alentaron su tenacidad en la
lucha por la justicia
En los peligros o aflicción
que yo he tenido aquí,
Su gracia siempre me libró,
y me guiará feliz.
Hoy en día, el artículo 4 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos nos recuerda que “Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus
formas”. También en la actualidad sigue siendo necesario que estas letras se
cumplan: la esclavitud todavía existe hoy día en la forma de trabajo forzado,
trata de personas, esclavitud infantil,… ¿Estamos ciegos o vemos y eso nos
compromete?
Y cuando en Sión por siglos mil
brillando esté cual sol,
yo cantaré por siempre allí
Su amor que me salvó.